La exposición solar excesiva puede suponer un riesgo para la salud, especialmente para las personas mayores, cuya piel sufre más frente a los agentes externos y las radiaciones. Te contamos las precauciones que se deben tener en cuenta.

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Publicado junio 2022
El padre de Ramón, Socio del Club MAPFRE, es mayor pero muy activo en lo que se refiere a realizar viajes y actividades al aire libre. Está preocupado porque con la llegada del bueno tiempo aumentan los casos de melanoma, el cáncer de piel más peligroso, especialmente en las personas de mayor edad, según ha leído, y por eso decide consultar con el Asesor Médico del Club MAPFRE especialista en Dermatología sobre las medidas que deben tomar las personas mayores con respecto a su exposición al sol.
El asesor que le atiende le explica que, efectivamente, las personas mayores deben vigilar especialmente su exposición al sol por los cambios que experimenta la piel con el paso del tiempo. Pero también es importante fomentar esta exposición para que el organismo sintetice vitamina D, esencial, no sólo para una correcta mineralización y salud de los huesos, sino también para el sistema inmunitario y hormonal. En general, exponerse al sol siguiendo unas correctas medidas para evitar exposiciones muy intensas y excesivas es esencial para la salud de todos, pero especialmente en personas de edad avanzada. Además, el asesor le ofrece otras informaciones de interés sobre la protección de las personas mayores frente al sol.
- Sol en personas mayores
- Protección
- Cremas solares
Importancia de tomar el sol en las personas mayores
Unos hábitos saludables, incluyendo realizar actividades al aire libre y tomar el sol, son necesarios para la gente mayor, ya que reducen el riesgo de enfermedades y contribuyen a una mayor calidad de vida. En concreto, la exposición al sol puede determinar diversos beneficios para el organismo:
- Efecto antidepresivo. La luz del sol tiene un efecto sobre el estado de ánimo, por la modulación de las funciones hormonales del cerebro.
- Fotoprotección. Ante las radiaciones solares la piel es capaz de desencadenar una serie de mecanismos protectores, aumentando la síntesis de melanina o engrosando la capa más externa de la epidermis.
- Protección de la piel. Diversas patologías que afectan a la piel, como la psoriasis o la dermatitis atópica, entre otras, pueden mejorar de forma significativa cuando se exponen de forma controlada a las radiaciones solares.
- Acción calorífica infrarroja. Los rayos infrarrojos del sol penetran en la piel de manera profunda, provocando la dilatación de los vasos sanguíneos y estimulando la circulación y el aumento de temperatura. Además, se ha demostrado que tienen un efecto antiinflamatorio si la exposición no es excesiva.
- Producción de vitamina D. La exposición al sol de cara, brazos y piernas durante 15 minutos al día asegura las necesidades de esta vitamina que se produce a partir del colesterol y la radiación ultravioleta B en la piel. Este efecto es especialmente importante en las personas mayores, ya que contribuye al fortalecimiento de los huesos y a su salud en general ya que hoy en día la vitamina D se considera una hormona con receptores en prácticamente todos los órganos del cuerpo.
Proteger la piel de las personas mayores
La piel es el órgano más grande y expuesto del organismo, por lo que suele ser un claro exponente del efecto causado por el envejecimiento. La piel envejecida muestra una ligera atrofia de la epidermis, con una producción de melanina disminuida e irregularmente repartida, con la aparición de manchas seniles, arrugas, flacidez y cáncer cutáneo.
Todo ello redunda en un mayor riesgo para las personas mayores derivado de la acumulación de los efectos de la exposición al sol:
- Eritema solar. El exceso de exposición a la radiación ultravioleta provoca la aparición de quemaduras. Sus manifestaciones van desde un ligero enrojecimiento, hasta la aparición de ampollas con descamación de la piel.
- Urticaria solar. Se trata de una reacción alérgica que puede surgir al poco tiempo de producirse la exposición y desaparece al retirarse del sol.
- Fotosensibilidad por medicamentos. Muchas personas mayores reciben tratamiento farmacológico para diferentes patologías. Algunos de estos medicamentos provocan una reacción de la piel ante la radiación solar. Entre estos fármacos destacan los antidepresivos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y diuréticos.
- Insolación. La deshidratación, junto con una deficiente termorregulación debida a la edad, pueden dar lugar a la aparición de insolación, especialmente en personas de mayor edad y cuando la exposición solar se alarga en el tiempo y las temperaturas son elevadas.
- Fotoenvejecimiento. La exposición a los rayos del sol puede acelerar los cambios del envejecimiento en la piel.
- Cáncer de piel. El factor de riesgo principal en la mayoría de los cánceres de piel, también en personas mayores, es el exceso en la exposición a los rayos ultravioleta del sol.
Cremas solares para personas mayores
Para elegir el protector solar adecuado es importante tener en cuenta las características de cada individuo (tipo de piel, nivel de exposición, etc.), así como las condiciones geográficas y meteorológicas. Algunos consejos a la hora de elegir el protector solar más adecuado incluyen:
- Utilizar cremas solares de un factor de protección alto (superior a 30) para protegerse frente a la radiación UV de la luz solar. El protector solar debe ser efectivo frente a las diferentes ondas ultravioleta, tanto UVA (responsables del envejecimiento de la piel), como UVB (causantes de las quemaduras). Ambas radiaciones son un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel.
- En ciertos casos, puede ser interesante que el protector solar también proteja de la luz azul de la radiación visible y que incluya reparadores del ADN, como enzimas y antioxidantes.
- A la hora de aplicar la crema solar hay que ser generoso con la cantidad y repetir la aplicación a menudo y siempre que se salga del agua si se está en la playa o la piscina después del secado.
- Para los mayores puede ser recomendable una protección solar interna en forma de cápsulas que contenga diferentes compuestos como el polypodium leucotomus, que se obtiene de los helechos, así como antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, la astaxantina que se encuentra en el pigmento naranja del salmón y ciertas algas. También selenio, licopeno, luteína, epigalatocatequinas del té verde, polifenoles de la uva o de los frutos rojos y los betacarotenos.
Otras recomendaciones de carácter general para que las personas mayores se protejan del sol son:
- Evitar la permanencia al sol durante largos períodos, especialmente durante las horas centrales del día.
- Utilizar ropa que cubra la piel, sombreros y gafas de sol en el exterior.
- Los días nublados son tanto o más peligrosos que los días soleados.
- Beber agua y líquidos de forma abundante, aunque no se tenga sed.
- Finalmente, es importante vigilar regularmente el estado general de la piel, acudiendo al Dermatólogo de forma periódica.
Raimundo, que se beneficia de las ventajas del Plan de Fidelización de MAPFRE, queda muy satisfecho con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor del Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.
Dra. Christina Schepers
Especialidad: Dermatología.
Nº col. 29239 Colegio de Médicos de Barcelona.
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