Cómo fomentar la longevidad

¿Por qué envejecemos?

El envejecimiento es un proceso complejo cuyos mecanismos a nivel celular y molecular empiezan a conocerse, si bien no existe unanimidad entre los científicos. Sin embargo, se aceptan diversos procesos como contribuyentes al proceso del envejecimiento:

• Estrés oxidativo. El estrés oxidativo se define como un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno y las defensas antioxidantes, constituyendo un mecanismo relevante involucrado en el proceso del envejecimiento y situándose en el origen de diversidad de enfermedades relacionadas con la edad.
• Inflamación crónica. Se ha podido constatar en multitud de investigaciones el papel de los procesos inflamatorios de bajo grado como mecanismo subyacente y factor de riesgo en muchas enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
• Disfunción celular. Esta incluye cambios en las células madre que hacen que no regeneren tejido y se produzca la acumulación de células envejecidas o senescentes. Parece existir un umbral de células senescentes por encima del cual empiezan a producirse la fragilidad, las enfermedades crónicas y el aumento de la mortalidad.
• Trastornos metabólicos. La hiperglucemia y los desórdenes en los niveles de insulina promueven el deterioro y el envejecimiento a través de diversas vías bioquímicas. De igual modo, la alteración en la síntesis y actividad de las lipoproteínas y la dislipidemia pueden ser consecuencia de diversos mecanismos relacionados con la edad.
• Genética. Uno de los mecanismos genéticos relacionados con el envejecimiento es el de los telómeros. Se trata de fragmentos de ADN que cubren los extremos de los cromosomas para proteger la integridad del material genético. Dado que la longitud de los telómeros disminuye sucesivamente con cada división celular, el número de estas y la velocidad de disminución se relacionan con la mortalidad y con la longevidad. Además, el acortamiento de los telómeros también puede estar relacionado con condiciones como el aumento del estrés oxidativo y la inflamación.

Estrategias para fomentar la longevidad y revertir el envejecimiento

Son bien conocidos diversos hábitos saludables que pueden promover un mejor estado de salud y, por tanto, contribuir a fomentar la longevidad. Entre ellos se encuentran:

• Una alimentación saludable.
• Una vida activa y ejercicio físico cotidiano.
• Descanso adecuado.
• Tener una vida social rica.
• Evitar el estrés.
• Limitar los tóxicos (tabaco, alcohol, drogas, exposición a la contaminación, etc.).

Por otro lado, en la actualidad se encuentran en plena investigación diversidad de estrategias para luchar contra el envejecimiento. Entre otras, cabe citar:

Promoción de la autofagia.

Se trata de un proceso de protección y limpieza del propio organismo para eliminar los daños producidos a nivel celular, proteínas deterioradas y los microorganismos potencialmente patógenos. La promoción de la autofagia se ha propuesto como herramienta útil para tratar variedad de afecciones, incluyendo trastornos metabólicos, enfermedades neurodegenerativas, neoplasias y enfermedades infecciosas. La autofagia podría estimularse por medio de diferentes estrategias, incluyendo la administración de algunos fármacos como la metformina o los planes de ayuno intermitente.

Eliminación de células senescentes.

Las células senescentes o deterioradas por los procesos del envejecimiento se podrían eliminar por medio de “sustancias o fármacos senolíticos”. Esta situación podría ralentizar el envejecimiento y mantener una mejor función durante la vejez.

Transfusión plasmática.

El plasma de individuos jóvenes puede ser beneficioso para personas que pretendan atenuar los efectos del envejecimiento. Aunque pueda parecerlo, no se trata de un procedimiento rescatado de la edad media. Determinadas moléculas presentes en la sangre joven pueden revertir el envejecimiento en células, tejidos y órganos. En cualquier caso, además de los posibles efectos secundarios, deben ser tenidas en cuenta las cuestiones de carácter ético.

Reducción calórica de la dieta.

Más allá de la calidad nutricional de la dieta, los estudios llevados a cabo con animales han mostrado claros beneficios a la hora de revertir los efectos del envejecimiento y aumentar la longevidad por medio de la disminución de las calorías de la dieta. Esta estrategia todavía tiene que ser ratificada de forma sólida en humanos.

Estimulación de la neurogénesis adulta.

El nacimiento de nuevas neuronas no termina en la infancia. En algunas regiones del cerebro se siguen formando neuronas nuevas toda la vida. La clave reside en las células madre neurales, que tienen el potencial para generar nuevas neuronas en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, normalmente estas células se mantienen dormidas por el efecto de determinadas proteínas. De este modo, la eliminación selectiva de estas proteínas podría contribuir a la activación de estas células madre, generando nuevas neuronas en diferentes zonas del cerebro.

La terapia con células madre.

En determinados procesos de degeneración relacionados con el envejecimiento, la introducción de células madre jóvenes podría suponer una estrategia para contrarrestarlo.

La ingesta de antioxidantes.

La ingesta pautada de determinados antioxidantes podría paliar situaciones de estrés oxidativo.

Todas estas estrategias persiguen acabar con las enfermedades relacionadas con la edad, abordando las causas del envejecimiento para que estas patologías nunca lleguen a desarrollarse y, en última instancia, se disminuya el riesgo de mortalidad.