El desánimo en los adultos mayores es un problema generalizado que puede llevar a la depresión, pero no es, ni debe ser, parte normal del proceso de envejecimiento. Te contamos cómo reconocer los síntomas de la depresión y los tratamientos para atajarlos con el objetivo de fomentar una vejez saludable y activa.
El Asesor en Bienestar resuelve tus dudas aqui.
Publicado febrero 2020
El padre de Diego, Socio del Club MAPFRE, de 83 años, presenta desde hace unos meses síntomas de decaimiento: no tiene ganas de salir y arreglarse y ha perdido un poco el apetito. Aunque su naturaleza no era especialmente activa, sí tenía buen humor, le gustaba realizar su paseo diario, conversar, etc. Hace varios meses enviudó, y este estado puede ser normal en este momento. Sin embargo, Diego, beneficiario de Plan de Fidelización, nunca lo había visto así, y empieza a preocuparse porque sospecha que puede tratarse del inicio una depresión. Prefiere consultar con un especialista y por eso contacta con el Asesor en Bienestar del Club MAPFRE para comentarles la situación.
La especialista que le atiende le comenta que existe una tendencia generalizada a pensar que en la tercera edad es normal deprimirse, pero le aclara que la depresión es una patología que no forma parte del envejecimiento normal y que conviene atajarla antes de que sus consecuencias puedan ser más graves. El primer paso es valorar por qué le sucede a su padre e identificar sus síntomas para poder tomar las medidas necesarias.
- Factores
- Soluciones
Factores de depresión en le vejez
Son numerosos los factores que pueden llevar al padre de Diego a desarrollar una depresión, pero hay que tener en cuenta que ésta sólo se desarrollará si existe una fragilidad de base que no le permita gestionar la aparición de alguno de estos factores:
- El duelo del propio deterioro físico (pérdida de facultades, reducción de la movilidad y de la autonomía, sensación de ser una carga…)
- Pérdida de facultades psicológicas: La persona puede sentir que su mente ya no es tan ágil como solía ser y esto puede llevarle a una vivencia similar a la de la pérdida de facultades físicas.
- Pérdidas en el plano social: amigos y/o familiares que fallecen o que, debido a su propio deterioro, ya no están en disposición de seguir manteniendo el vínculo o relación.
- Cambio en el rol social: El paso de una situación de reconocimiento y/o desempeño de un rol bien definido al reto de “reinventarse” después de la jubilación puede ser complicado.
Soluciones para la depresión en la vejez
Es importante destacar que una persona mayor saludable es capaz de vivir estos duelos y pérdidas progresivas con aceptación y sentido, con una predominancia del deber cumplido y una sensación de que el relato de su vida es significante. La cohesión y seguridad que produce esta sensación le provee de la fortaleza necesaria para sostenerse psicológicamente en esta etapa de su vida y hacer frente a los duelos de la vejez. En caso contrario, deberemos evitar justificarlo con el pretexto de que “es mayor, ya se sabe” y ayudar a la persona mayor para que reciba tratamiento psicológico y supere el problema, siempre y cuando conserve su capacidad para el diálogo y la rememoración.
En este sentido, también ayudará en esta etapa mantener una alimentación equilibrada, conservar y fomentar las relaciones sociales, salir de casa y mantenerse activo física y mentalmente con nuevas experiencias, viajando, leyendo o estudiando de nuevo.
Diego, que se beneficia de las ventajas y beneficios del Club MAPFRE, queda muy agradecido con las palabras del especialista y le comunica que tomará medidas para abordar la situación de su padre con el objetivo de que no suponga una situación más grave.
El Asesor en Bienestar resuelve tus dudas aqui.
