La identidad de género es una cuestión compleja y controvertida de gran trascendencia social y mediática. El enfoque médico de la disforia de género incluye posibles tratamientos como la modificación hormonal y la cirugía, que implican un cambio en las características físicas del individuo.
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Publicado diciembre 2023
Malena, Socia del Club MAPFRE, es madre de una niña de 10 años que desde muy pequeña siempre se ha caracterizado por alejarse del estereotipo femenino en sus preferencias por la ropa, los juguetes, etc. Malena pertenece al Plan de Fidelización de MAPFRE desde hace tiempo, y quiere aprovechar esa ventaja para consultar con nuestro Asesor en Bienestar y pedir más información.
El asesor le explica que el género es una construcción social y cultural, y no simplemente una cuestión biológica. En este sentido, la identidad de género hace referencia a cómo una persona se identifica y se siente en términos de género, más allá de su sexo biológico. Además, el asesor le explica qué es la disforia de género, en qué consiste el tratamiento de cambio de género y cuál es su eficacia.
- ¿Qué es?
- Tratamiento
- Eficacia tratamiento
Qué es la disforia de género
La discordancia o incongruencia de género (IG), es la discrepancia entre el género asignado al nacer (basado en características biológicas sexuales) y la identidad de género que una persona experimenta. De este modo, una persona presenta discordancia de género cuando su identidad de género auto percibida no coincide con el género que se le asignó al nacer. Esta incongruencia puede variar de una persona a otra o dentro de la misma persona, presentándose de forma leve, acentuada, fluctuante o estable.
Entonces, ¿qué es la disforia de género? La disforia de género (DG) hace referencia a la condición clínica caracterizada por un malestar psicológico significativo que la persona experimenta debido a la discrepancia entre la identidad de género y el sexo asignado al nacer.
No todas las personas con discordancia de género experimentan disforia. La disforia de género puede dar lugar a síntomas como malestar con las características sexuales primarias o secundarias del cuerpo, angustia social o dificultad en las relaciones con los demás y ansiedad o depresión relacionada con la identidad de género.
La prevalencia de disforia de género en adolescentes y niños no es bien conocida, pero algunas estimaciones la sitúan en el 0,6-1,7 %. En cuanto al no binarismo, las personas que no se identifican con la clasificación tradicional de género (masculino/femenino) pueden llegar a constituir cerca de un 10% de las personas con incongruencia de género.
Desde hace años, muchos investigadores han indagado sobre las posibles causas de la incongruencia de género, barajándose tanto factores psicosociales como biológicos en su aparición. En cuanto a la contribución genética en el desarrollo de la incongruencia de género, se ha podido observar en estudios con gemelos que existe una alta concordancia en gemelos idénticos. En definitiva, el papel causal de genes, hormonas, estructura cerebral y comportamiento, frente a factores sociales y culturales en la discordancia o incongruencia de género todavía se cuestiona, sin existir una evidencia clara sobre ellos.
Tratamiento para cambio de género
Los Países Bajos fueron pioneros en el tratamiento para la disforia de género y la transición. Desde hace más de dos décadas se viene aplicando el protocolo holandés que ha sido implementado por diversos países, incluyendo España.
El procedimiento determina que cuando llegan a adolescentes o preadolescentes con incongruencia de género a las Unidades de Identidad de Género del servicio de salud, se les realice una evaluación diagnóstica. Esta puede derivar en la administración de una medicación de supresión de la pubertad, consistente en la administración de agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH).
El siguiente estadio del tratamiento para cambio de género incluye la prescripción de hormonas de afirmación de género, lo que lleva asociadas algunas consecuencias irreversibles. El tratamiento hormonal consiste en la administración de esteroides sexuales sintéticos inductores del desarrollo de las características sexuales del género con el cual se identifica la persona.
En individuos con incongruencia de género que fueron asignados niños al nacer se recomienda el uso de valerato de estradiol oral o 17-betaestradiol oral o transdérmico. La feminización que se produce incluye el desarrollo de los senos y la alteración de la forma del cuerpo con un aumento en las caderas y disminución de la circunferencia de la cintura. Los riesgos de esta terapia hormonal de cambio de género incluyen problemas cardiovasculares (principalmente, trombosis venosa y enfermedad cerebrovascular).
Por otro lado, en individuos con incongruencia de género que fueron asignadas niñas al nacer, se recomienda el uso de inyecciones de ésteres de testosterona. La virilización del cuerpo que se consigue implica una voz más grave, el desarrollo muscular, el crecimiento de vello y del clítoris. Los riesgos de esta terapia de cambio de género incluyen el aumento de factores cardiovasculares como hiperlipidemia y aumento de peso, síndrome de ovario poliquístico, acné y alopecia, entre otros.
En cuanto a la cirugía de asignación de género, se trata de la última etapa del tratamiento. Esta tiene como objetivo conseguir la apariencia y función de las características sexuales del género experimentado y una apariencia genital lo más natural posible.
En cualquier caso, no todas las personas trans o con incongruencia de género desean someterse a intervenciones quirúrgicas para cambiar sus características sexuales, ni tampoco que les administren hormonas.
Eficacia del tratamiento de la disforia de género
La experiencia en el manejo del tratamiento médico de la disforia de género, que incluye la modificación hormonal y las intervenciones quirúrgicas, es cada vez más extensa. Sin embargo, no existen estudios con resultados a largo plazo que permitan disponer de evidencias científicas sólidas sobre los resultados y la evolución de estos pacientes.
Las evidencias disponibles han mostrado ciertos beneficios del tratamiento de afirmación de género sobre la salud de las personas trans. En este sentido, la gran mayoría de adolescentes trans que comienzan un tratamiento hormonal tras someterse a una evaluación diagnóstica exhaustiva no lo abandonan: la continuidad de este tipo de medicación en menores de edad llega hasta el 98 % entre 3 y 6 años después de iniciar el tratamiento. En el caso de tratamiento quirúrgico para tratar la disforia de género, los parámetros psicológicos un año después de la intervención muestran mejoras.
En cualquier caso, también existen voces que ponen en duda la conveniencia de los tratamientos médicos y abogan por cambios sociales y culturales, incluyendo una mayor flexibilidad de los conceptos de género que permitan que todo el mundo pueda expresar su concepto de género sin tener que modificar su cuerpo.
Malena queda muy satisfecha con la información facilitada por el Asesor en Bienestar del Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista para pedir una evaluación diagnóstica de su hija.
Vicente Marqués
Especialista en Psicología
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