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Publicado diciembre de 2019
Si notas que tu hijo ha empezado a adoptar una actitud negativa, a través del servicio de Psicología del Asesor Médico te ofrecemos la información necesaria para ayudar al niño a gestionar este tipo de pensamientos.
¿A qué esperas para facilitarte la vida? Pídenos lo que necesites
Disponible 24h del día (24h solo para urgencias; resto de peticiones en horario de oficina).
Arturo,Socio de MAPFRE teCuidamos,está preocupado por su hijo de 11 años. Últimamente ha adoptado un discurso negativo y no para de repetir frases como: “todos me odian…”, “soy tonto…”, “nunca entenderé este tema de matemáticas…”. Aunque intenta darle la vuelta y hacerle ver las cosas de forma positiva, siente que no le llega el mensaje y teme que esta actitud le afecte en su rendimiento escolar o en su desarrollo personal.
Para pedir consejo, se pone en contacto con nuestro servicio de Psicología del Asesor Médico, donde la psicóloga que atiende su llamada le comenta que el objetivo no ha de ser eliminar los pensamientos negativos del niño, sino permitirle comprenderlos y crear alternativas. Siempre que los hijos exteriorizan un pensamiento negativo, es una oportunidad para los padres para poder intervenir y educar.
Por lo tanto, es fundamental no censurarlo nunca, ya que, en caso contrario, el niño puede entender que comentarlo es inapropiado y tendería a identificar estos pensamientos como algo malo que se debe esconder. Evidentemente, dejar de expresar los pensamientos negativos no significa dejar de tenerlos, sino que se dificulta así su capacidad de autorregulación y de resiliencia.
Para combatir los pensamientos negativos del niño, la psicológica le comenta a Arturo que es básico observar sus tendencias y aprender a anticiparlas. Es decir, debe estar atento a cuándo suele ser más negativo su hijo y en qué áreas se manifiesta esa actitud en mayor medida.
Se trata de que el padre reconozca y empatice con el malestar del pequeño, procurando no minimizarlo o ridiculizarlo nunca. Posteriormente, hay que enseñarle a buscar excepciones a esos pensamientos, crear contextos y ampliar el foco de su atención para que pueda también ganar perspectiva. Por ejemplo, en vez de decir “soy tonto”, es más saludable desde el punto de vista psicológico decir “la próxima vez tengo que prepararme el tema con más tiempo”.
Arturo también recibe un documento con algunas técnicas de visualización que puede poner en práctica para eliminar los pensamientos negativos del niño:
Por último, la psicóloga comenta a Arturo que, si los pensamientos negativos en el niño afectan a la funcionalidad del día a día, en las relaciones sociales, en la alimentación, en el sueño, etc., y se manifiestan corporalmente a través de somatizaciones es importante acudir a un psicoterapeuta.
Desde MAPFRE teCuidamos aconsejamos continuar atendiendo las recomendaciones de las Autoridades Sanitarias. Algunos de los procesos del Plan de Fidelización pueden verse afectados por la actual crisis.
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