Los entornos muy ruidosos pueden tener un impacto negativo en la audición, independientemente de la edad. También los auriculares pueden contribuir a la pérdida de oído, por eso te contamos todo lo que tienes que saber para usarlos bien y prevenir los daños desde jóvenes.

El Asesor Médico resuelve cualquier consulta llamado al 900 805 707, completando nuestro formulario online o a través de la app de MAPFRE.
Publicado noviembre 2022
Julia, Socia del Club MAPFRE, tiene 43 años y últimamente ha empezado a notar que oye peor y le cuesta más escuchar y sobre todo entender las conversaciones. Hace años que escucha música con auriculares insertados y nunca ha prestado mucha atención al volumen, pero desde que ha leído sobre el posible efecto perjudicial de éstos en la salud auditiva, está preocupada y decide consultar con el Asesor Médico experto en Otorrinolaringología.
El asesor que le atiende le comenta que, con el paso de los años, el oído va perdiendo capacidad auditiva, produciéndose inicialmente una mayor dificultad para percibir las frecuencias agudas. Este proceso natural progresivo recibe el nombre de presbiacusia y comienza a hacerse más evidente en las personas mayores a partir de los 60 – 65 años. Sin embargo, estar sometido a entornos muy ruidosos o la utilización inadecuada de auriculares pueden provocar una pérdida de audición en edades tempranas. Además, el Asesor le ofrece otras informaciones relevantes sobre la pérdida auditiva y su posible relación con el uso de auriculares.
- ¿Qué es?
- Consecuencias
- Uso auriculares
Qué es la pérdida auditiva
La pérdida de audición se define como la incapacidad de oír con normalidad, entendiendo como tal la existencia de un umbral de audición en ambos oídos igual o superior a 20 decibelios (dB). La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Puede afectar a uno o ambos oídos y entrañar dificultades para poder oír una conversación o sonidos más fuertes. Esta pérdida puede producirse por envejecimiento, patologías o por exposición excesiva al ruido. La pérdida auditiva permanente que se desarrolla a lo largo del tiempo como consecuencia de una exposición continua o intermitente al ruido recibe el nombre de traumatismo acústico crónico. Ésta se debe a una lesión en el oído interno a nivel de las células ciliadas, encargadas de transmitir los sonidos al cerebro.
Al principio la hipoacusia o pérdida en la capacidad auditiva puede ser temporal y afectar solo a las frecuencias agudas, pero si la exposición a los ruidos continúa, puede dar lugar a una pérdida permanente que puede afectar a todo tipo de frecuencias. Un síntoma característico asociado a la pérdida auditiva es el conocido como “tinnitus”, que supone la aparición de zumbidos, murmullos o pitidos que no se corresponden con ningún estímulo externo.
La utilización de reproductores de música con auriculares a volúmenes excesivos puede determinar que la pérdida auditiva aparezca en edades tempranas, adelantando la aparición de problemas auditivos típicos de las personas mayores. Además, es preciso tener en cuenta que el ruido puede dañar la capacidad de audición en función de su intensidad, pero también del tiempo de exposición.
Consecuencias del ruido
Los daños en el oído causados por el ruido son irreversibles. Cuando la exposición al ruido deteriora las células ciliadas del oído interno el daño sufrido es permanente y no se puede revertir. Por eso, es esencial poner el énfasis en la prevención, prestando atención a la exposición a los ruidos más dañinos y reduciendo la intensidad y el tiempo de exposición.
Además, la exposición a ruidos excesivos como los provocados por escuchar música con auriculares a un volumen muy elevado no solo daña la capacidad de audición, sino que puede repercutir negativamente en la calidad de vida y en otros aspectos de la salud por medio de la aparición de estrés, insomnio, irritabilidad, síntomas depresivos, problemas cardiovasculares, etc.
Cómo se deben usar los auriculares
El límite que garantiza que no se produzca un impacto negativo sobre la salud auditiva se sitúa en los 65 dB. En el caso de que se produzca de forma repetida una exposición a sonidos superiores a 85 dB, esto supone un claro riesgo de pérdida auditiva. Por encima de 100 dB en periodos prolongados existe un riesgo de pérdida auditiva inmediata. Finalmente, el ruido llega al umbral del dolor cuando se sobrepasan los 125 dB y puede ser insoportable a los 140 dB.
Para tener una referencia, el trino de un pájaro puede situarse en torno a los 10 dB, el sonido de un oleaje suave en la playa puede alcanzar los 30 dB y un lavavajillas o una aspiradora pueden llegar a los 60-65 dB.
Además de la reducción de la exposición al ruido y la música alta, otras recomendaciones que pueden contribuir a evitar el deterioro auditivo incluyen:
- Seguir la norma 60-60. La OMS recomienda no utilizar auriculares insertables en el oído más de 60 minutos al día, sin superar el 60 % de su volumen.
- Elegir unos auriculares de diadema que cubran las orejas y que tengan cancelación de ruido, lo que permite escuchar música a un volumen más bajo.
- Limitar el uso de auriculares, haciendo descansos auditivos. Tras un período de escucha de 20 minutos a un volumen moderado, es recomendable hacer una pausa.
- Para comprobar si hay pérdida de audición lo mejor es acudir a revisiones de forma periódica en las que el Otorrinolaringólogo podrá detectar cualquier patología auditiva de manera precoz.
En consecuencia, para evitar la hipoacusia producida por escuchar música alta con auriculares es preciso bajar el volumen, reducir el tiempo de escucha y utilizar auriculares de diadema con cancelación de ruido externo.
Julia, que pertenece al Plan de Fidelización de MAPFRE, queda muy satisfecha con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor de Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.
El Asesor Médico resuelve cualquier consulta llamado al 900 805 707, completando nuestro formulario online o a través de la app de MAPFRE.