Mujer tomando un vaso de leche
Asesor en Bienestar

¿Cómo afrontar la menopausia?

La menopausia es una etapa de la vida de la mujer que acarrea importantes cambios hormonales y físicos, aunque pueden resultar complicados, se trata de un periodo lleno de falsos mitos y prejuicios que es importante conocer. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre este periodo.

Mujer madura practicando yoga

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Publicado noviembre 2021

Marisa es Socia del Club MAPFRE, tiene 50 años y hace un tiempo que ha comenzado a experimentar ciclos menstruales bastante irregulares y sofocos, por lo que ha decidido consultar con el Asesor en Bienestar Especialista en Ginecología del Club MAPFRE para pedirle información experta sobre las posibles causas de estos síntomas y si pueden estar relacionados con el comienzo de la menopausia. El asesor le explica que se considera que se ha llegado a la menopausia cuando la menstruación desaparece al menos durante 12 meses seguidos, algo que suele suceder de manera natural entre los 45 y los 55 años, una vez que la reserva de folículos ováricos se van acercando a su fin y la producción de estrógenos y progesterona disminuye progresivamente. Esto tiene una consecuencia directa sobre las menstruaciones, que cada vez son más irregulares. El proceso culmina cuando los niveles hormonales ováricos alcanzan un umbral crítico, lo que provoca la desaparición definitiva de la menstruación.

  • Causas
  • Síntomas
  • Tratamiento
  • Recomendaciones

Causas de la menopausia

Las mujeres nacen con un número definido de folículos ováricos, las estructuras funcionales que producen los óvulos. Esa cantidad inicial es fija, por lo que no se generan más a lo largo de la vida. En el momento en que comienza la primera menstruación se va consumiendo la reserva folicular. Al cabo de los años, cuando ésta se agota, se producen una serie de cambios hormonales: los niveles de estradiol (el estrógeno que producen los ovarios) y de progesterona disminuyen, y los niveles de la hormona luteinizante y foliculoestimulante aumentan.

Estos cambios determinan todas las modificaciones fisiológicas que caracterizan a la menopausia.

Manifestaciones y síntomas de la menopausia

El proceso de transición hasta llegar a la menopausia se conoce como perimenopausia y suele comenzar cuatro años antes del último periodo. La intensidad de sus manifestaciones y síntomas puede variar enormemente de una mujer a otra. Algunas de las más habituales son:

  • Sofocos. Se trata de la manifestación más común que afecta hasta al 80 % de las mujeres. Son aún más frecuentes por la noche, repercutiendo negativamente en el descanso nocturno. Se caracterizan por una repentina sensación de calor localizada en la cara y en la parte superior del pecho. Se acompañan de sudoración y a veces de palpitaciones. Duran unos pocos minutos, aunque pueden llegar a ser muy frecuentes a lo largo del día.
  • Ciclos menstruales irregulares.
  • Insomnio.
  • Cambios en el estado de ánimo.
  • Molestias genitourinarias.
  • Sequedad vaginal y dolor al mantener relaciones sexuales.
  • Disminución de la libido.
  • Modificaciones en los niveles de lípidos, con aumento del riesgo de sufrir enfermedades de tipo cardiovascular.
  • Menor densidad mineral ósea.

Más allá de las manifestaciones y molestias de la menopausia, las dos principales consecuencias para la salud derivadas de la disminución de los estrógenos es el aumento del riesgo cardiovascular y de aparición de osteoporosis.

Tratamiento de la menopausia

La menopausia no es una enfermedad y, por lo tanto, no debe ser tratada per se. Sí se puede establecer un tratamiento frente a alguna de sus molestias y manifestaciones de cara a la vejez. En este sentido, como la mayoría de los efectos que acompañan la perimenopausia son consecuencia de una disminución en los niveles de estrógenos, su tratamiento, en caso de ser necesario, consiste en suministrar y suplir mediante fármacos este déficit hormonal. Esto lo que se denomina terapia de restauración o terapia hormonal sustitutiva, eficaz en el tratamiento de síntomas como los sofocos, la atrofia o la sequedad vaginal. También puede ser beneficiosa en los cambios en el estado de ánimo.

Hace años la terapia hormonal se prescribía no solo para aliviar los síntomas vasomotores en mujeres menopáusicas, sino también para prevenir las enfermedades de tipo cardiovascular y las fracturas osteoporóticas. Eso fue así hasta que a principios de siglo se observó un mayor riesgo de sufrir tromboembolismo venoso, ictus, cáncer de mama y eventos cardiovasculares de tipo isquémico, relacionado con la terapia hormonal sustitutiva. Sin embargo, el riesgo de desarrollar estas enfermedades depende mucho de la edad de inicio del tratamiento (mayor en mujeres de más edad), de la duración de este (a mayor número de años de tratamiento, mayor riesgo) y del estado de salud de partida de la mujer.

Actualmente solo se recomienda, de forma individualizada, para el alivio sintomático de los síntomas vasomotores y de la atrofia vaginal, en la menor dosis posible y durante cortos periodos de tiempo (2 o 3 años, 5 como mucho y no más allá de los 60 años).

Recomendaciones para una mejor calidad de vida tras la menopausia

Algunas medidas sencillas que ayudan a reducir algunas de las molestias asociadas a la menopausia y prevenir los posibles problemas de salud incluyen:

  • Realizar actividad física de forma regular. El ejercicio refuerza los huesos y músculos y reduce el riesgo de sufrir problemas vasculares.
  • Evitar algunos de los factores que pueden propiciar la aparición de sofocos, como alimentos picantes, bebidas calientes, el alcohol y el café.
  • Dormir lo suficiente e intentar realizar actividades para controlar el estrés.
  • Se pueden utilizar lubricantes o algún tratamiento tópico para proporcionar alivio a las molestias derivadas de la sequedad vaginal.
  • Es importante tener una alimentación rica en calcio durante la juventud y la edad adulta para prevenir la osteoporosis, además de mantener una vida activa. Las principales fuentes de calcio son los lácteos, las hortalizas de hoja verde (coles, espinacas, acelgas), las sardinas en conserva y los frutos secos.
  • Llevar a cabo a diario actividades al aire libre, para asegurar una adecuada síntesis de vitamina D.

Marisa, que pertenece al Plan de Fidelización de MAPFRE, queda muy satisfecha con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor del Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.

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