La epilepsia es una enfermedad cerebral que se conoce desde la antigüedad, aunque sigue siendo una gran desconocida para la mayor parte de la población. Las crisis epilépticas forman parte de los síntomas más reconocibles de la enfermedad, pero pueden variar mucho de un paciente a otro. Existen diferentes tipos de epilepsia que requieren de distintos tratamientos para tener controlada esta patología.

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Publicado junio 2023
Clara, Socia del Club MAPFRE, tiene 28 años y está muy preocupada porque recientemente ha sufrido un episodio epiléptico aislado. Está esperando recibir los resultados médicos, pero mientras llegan ha decidido consultar con nuestro Asesor Médico Especialista en Neurología para que le aporte información experta sobre la epilepsia, sus posibles causas y las diferentes manifestaciones que puede presentar.
Clara pertenece al Plan de Fidelización de MAPFRE desde hace tiempo y aprovecha este servicio para recibir el asesoramiento de los expertos y asesores del Club.
El asesor que le atiende le explica que la epilepsia es un trastorno neurológico crónico que se caracteriza por la aparición de convulsiones recurrentes. Las crisis epilépticas pueden variar mucho de un paciente a otro y sus características responden al tipo de epilepsia y a las causas que las provocan. También le informa de que una crisis epiléptica aislada no tiene por qué ser epilepsia. Para que se diagnostique la enfermedad deben producirse dos o más crisis sin la presencia de una enfermedad aguda que las cause.
- Causas
- Tratamiento
- Tipos
- Síndromes epilépticos
Qué es la epilepsia
La epilepsia es una enfermedad crónica que afecta a la corteza cerebral y que es provocada por un exceso puntual de actividad eléctrica en determinados grupos de neuronas. En función de las neuronas afectadas, la enfermedad podrá impactar a diferentes funciones como la función motora, el comportamiento y el nivel de conciencia.
Una crisis epiléptica aislada puede ser causada por diferentes factores temporales o circunstancias específicas, como fiebre alta, privación de sueño, consumo de alcohol o drogas, lesiones cerebrales agudas, entre otros. Estas convulsiones pueden ocurrir sin tener una predisposición inherente a la epilepsia.
Para diagnosticar la epilepsia, se requiere que una persona experimente al menos dos o más crisis epilépticas no provocadas. Estas convulsiones deben estar separadas por un intervalo de tiempo significativo, generalmente más de 24 horas. Además, el diagnóstico de epilepsia también implica una evaluación integral que incluye el análisis de la historia clínica, el examen físico, el EEG, pruebas de imagen y, en algunos casos, pruebas adicionales como análisis de sangre.
Causas de la epilepsia
No existe una única causa para la epilepsia. Además, en la mayoría de los casos no es posible identificar qué ha provocado una crisis. Algunas de las causas de la epilepsia responden a orígenes diversos que pueden incluir:
- Determinadas enfermedades hepáticas y renales
- Alcoholismo
- Diabetes
- Traumatismos en la cabeza
- Problemas fetales que afectan al desarrollo cerebral
- Tumores cerebrales
- Meningitis
- Epilepsias de origen hereditario
Tratamiento de la epilepsia
El tratamiento de la epilepsia puede variar según el tipo y la gravedad de las convulsiones, así como las necesidades individuales de cada paciente. Los principales enfoques de tratamiento para la epilepsia incluyen:
1. Medicación antiepiléptica:
La mayoría de las personas con epilepsia pueden controlar sus convulsiones mediante medicamentos antiepilépticos. Existen diferentes tipos de medicamentos disponibles y el médico seleccionará el más adecuado según el tipo de epilepsia y las características del paciente. Es importante seguir el régimen de medicación prescrito y comunicarse regularmente con el médico para ajustar las dosis si es necesario.
Existen tres generaciones de medicamentos antiepilépticos con diferentes mecanismos de acción y eficacia. Los más modernos presentan menos efectos adversos que los de las primeras generaciones. Los diferentes fármacos se clasifican en función de su mecanismo de acción. Algunos son efectivos para un cierto tipo de canales nerviosos y otros tienen un efecto combinado en varios procesos a la vez. De este modo, el tratamiento exitoso se debe basar principalmente en un diagnóstico y clasificación correctos del tipo de epilepsia.
2. Cirugía:
En casos de epilepsia que no responden adecuadamente a los medicamentos, la cirugía puede ser una opción. La cirugía puede implicar la resección del área del cerebro que está generando las convulsiones o la colocación de dispositivos implantables, como estimuladores del nervio vago o electrodos profundos en el cerebro.
3. Estimulación del nervio vago (ENV):
Es un procedimiento en el que se implanta un dispositivo en el cuello que estimula el nervio vago, ayudando a reducir la frecuencia y gravedad de las convulsiones.
4. Dieta cetogénica:
Algunas personas pueden beneficiarse de una dieta especial alta en grasas y baja en carbohidratos llamada dieta cetogénica. Esta dieta puede ayudar a controlar las convulsiones en casos específicos, especialmente en niños con epilepsia resistente a los medicamentos.
5. Terapias complementarias:
Algunas terapias complementarias, como la terapia cognitivo-conductual, la acupuntura, la biofeedback y la terapia de relajación, pueden ser útiles como complemento al tratamiento farmacológico.
Es importante trabajar en estrecha colaboración con un equipo médico especializado en epilepsia para determinar el mejor enfoque de tratamiento para cada persona. El objetivo principal del tratamiento es lograr el control de las convulsiones y mejorar la calidad de vida del paciente.
Tipos de crisis epilépticas
Las crisis epilépticas constituyen la principal manifestación de la enfermedad. Sus características particulares son uno de los principales elementos que definen a la enfermedad, su tratamiento y los cuidados que la enfermedad requiere.
En términos generales, las crisis epilépticas se manifiestan durante unos segundos o minutos, tras los que el cerebro vuelve a funcionar con normalidad. Las crisis epilépticas suelen manifestarse junto a convulsiones, cuya naturaleza dependerá de las causas de la epilepsia y de la zona cerebral afectada.
Tipos de epilepsia
Se han catalogado más de 30 tipos de crisis epilépticas diferentes. Se diferencian entre epilepsias generalizadas, epilepsias focales o epilepsia de causa desconocida, en función de la zona cerebral afectada.
1. Crisis epilépticas generalizadas
Las neuronas afectadas están localizadas en ambos hemisferios del cerebro. Pueden tener lugar con o sin convulsiones y pueden conllevar la pérdida del conocimiento.
La manifestación de las crisis epilépticas generalizadas puede producirse de diferentes formas:
- Crisis de ausencias. La persona afectada pierde el conocimiento durante unos segundos. Durante este intervalo, se detiene la actividad y la mirada queda fija. Suele ser más frecuente durante la etapa infantil.
- Crisis mioclónica. Tiene lugar con sacudidas de uno o varios grupos musculares, sin llegar a la pérdida del conocimiento. Los espasmos musculares suelen ser breves pero intensos y pueden afectar a una parte del cuerpo o a todo él.
- Crisis tónica. Se produce entumecimiento y rigidez de todo el cuerpo, acompañado de la pérdida de consciencia.
- Crisis atónica. Se produce el destensamiento o hipotonía muscular generalizada que provoca la caída al suelo. No se acompaña de la pérdida de conocimiento.
- Crisis tónico-clónica. Se produce rigidez muscular, caída al suelo y sacudidas de brazos y piernas, junto con la pérdida de conocimiento.
- Espasmos. Se produce de forma repetida la flexión y extensión brusca del tronco y de las extremidades.
2. Crisis epilépticas focales
El origen de la crisis se localiza en una zona específica del cerebro. También conocida como epilepsia parcial, este tipo de crisis engloba a la mitad de las crisis infantiles. Los síntomas de las crisis epilépticas focales son distintos dependiendo de la región afectada y pueden cursar con o sin convulsiones, con manifestaciones que pueden variar entre:
- Crisis parcial simple. Se altera el movimiento, la memoria, la vista y el oído. No se produce la pérdida de conocimiento.
- Crisis parcial compleja. La persona afectada queda en aparente estado de trance, con pérdida del conocimiento. Se pueden producir movimientos compulsivos.
- Crisis secundariamente generalizada. Comienza como una crisis parcial que se va extendiendo al resto del cerebro, desembocando en una crisis generalizada.
3. Crisis epilépticas de causa desconocida
No permiten determinar su naturaleza focal o generalizada a partir de las pruebas realizadas al paciente.
Es importante destacar que existen muchos otros tipos de epilepsia, algunos de los cuales son menos comunes. Cada caso es único y requiere un enfoque personalizado para su diagnóstico y tratamiento adecuados.
Síndromes epilépticos más comunes
Los síndromes epilépticos responden a la complejidad y diversidad dentro de la epilepsia, agrupando las manifestaciones de la enfermedad en función de patrones comunes de síntomas. Estos suelen hacer referencia a manifestaciones de la epilepsia en la etapa infantil y durante la adolescencia.
A menudo, los síndromes presentan características relacionadas con la edad de inicio, los desencadenantes de las crisis, la respuesta al tratamiento, la variación diurna o el pronóstico de la enfermedad. Los síndromes epilépticos también pueden presentar enfermedades asociadas comunes, como disfunciones intelectuales y trastornos psiquiátricos.
Los síndromes epilépticos más comunes incluyen:
- Síndrome de West. Aparece durante la lactancia con espasmos mioclónicos repetidos de un segundo. Provoca un retraso psicomotor en el niño.
- Síndrome de Lennox-Gastaut. Aparece en bebés hasta los tres años. Incluye diferentes tipos de crisis como ausencias atípicas, rigidez generalizada, pérdida de tono muscular, caídas y crisis tónico-clónicas focales o generalizadas. Las crisis no suelen responder a la medicación convencional.
- Ausencias infantiles. Tienen lugar entre los 3 y los 10 años. Las crisis son muy frecuentes y se repiten el mismo día. El niño pierde el conocimiento y mantiene la mirada fija unos segundos. Es uno de los síndromes más benignos.
- Epilepsia Rolándica Benigna. Se trata del tipo de epilepsia más habitual en la infancia, suponiendo un tercio de los casos entre los 5 y los 13 años. Las crisis se producen durante el sueño, afectando a la musculatura de la cara durante unos segundos. No suele requerir medicación y desaparece en la pubertad.
- Síndrome de Dravet. Aparece entre los 4 y los 12 meses y es conocido como epilepsia mioclónica severa de la infancia. Se caracteriza por convulsiones clónicas o tónico-clónicas generalizadas de larga duración.
- Epilepsia mioclónica juvenil. Suele aparecer en la adolescencia, mayoritariamente en mujeres. Incluye crisis mioclónicas y crisis convulsivas al despertar. Responde bien al tratamiento farmacológico, pero se debe prolongar en el tiempo.
- Epilepsias fotosensibles. Se trata de un tipo de epilepsia cuyas crisis se producen por un estímulo lumínico, como las luces rojas intermitentes. Este estímulo puede provenir de fuentes como imágenes de televisión, videojuegos, luces fluorescentes o las imágenes con patrones geométricos. Afecta al 5 % de los niños y adolescentes con epilepsia entre los 5 y los 18 años.
El Asesor Médico le indica a nuestra socia que es importante tener en cuenta que en muchos casos la causa de la epilepsia no se puede identificar claramente. Cada caso es único, y el diagnóstico preciso del origen subyacente a la epilepsia requiere una evaluación personalizada y exhaustiva por parte de un especialista, para recibir un plan de tratamiento adecuado.
Clara queda muy satisfecha con la información facilitada, tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor Médico del Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.
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