
La astenia primaveral afecta más a las mujeres y se define por la sensación de debilidad que puede afectar negativamente al rendimiento de las personas que la sufren, especialmente durante la primavera. Te contamos sus síntomas y cómo tratarla.
El Asesor Médico resuelve cualquier consulta llamado al 900 805 707, completando nuestro formulario online o a través de la app de MAPFRE.
Publicado abril 2022
Alicia, Socia del Club MAPFRE, nota desde hace unas semanas que se siente cansada, tiene dolores de cabeza y mareos frecuentes y también duerme peor. No tiene muy claro cuáles pueden ser las causas que provocan estos síntomas y, aunque ha oído hablar de la astenia primaveral y sospecha que pudiera ser debido a ella, tiene muchas dudas sobre los síntomas, por lo que decide consultar con el Asesor Médico especialista en Medicina General del Club MAPFRE para que le ofrezca información experta sobre las posibles causas de esta sintomatología.
El asesor que le atiende le explica que la astenia primaveral se puede considerar como un síndrome incluido dentro de los denominados trastornos afectivos estacionales. Si bien las evidencias al respecto son escasas, su incidencia en los últimos años parece haber experimentado un crecimiento importante. Algunos expertos asocian este crecimiento al ritmo de vida que imponen las sociedades actuales, con una elevada carga de estrés, ansiedad, sobrecarga laboral, etc., que repercuten en el estado de ánimo y reducen la capacidad adaptativa del organismo.
- Causas
- Síntomas
- Cómo combatirla
Causas de la astenia primaveral
La astenia primaveral no tiene una causa orgánica definida ni tiene consideración de enfermedad dentro del Catálogo de Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud. Suele manifestarse como una sensación pasajera de cansancio físico e intelectual que aparece al inicio de la primavera, con las típicas oscilaciones de temperatura, presión atmosférica y humedad. El síndrome se presenta de forma muy variable entre unas personas y otras. Existen otros factores predisponentes de la astenia primaveral que incluyen las horas de luz solar y su relación con el sistema endocrino. También se apunta un posible componente inmunológico relacionado con la alergia, así como factores víricos.
De este modo, la astenia primaveral aparece cuando coinciden una serie de factores ambientales:
- El cambio meteorológico y estacional. Con subida de las temperaturas y oscilaciones en la presión atmosférica.
- Aumento de las horas de luz solar y cambio de hora.
- Modificaciones en las rutinas diarias.
Todas estas circunstancias pueden alterar la regulación de los ritmos circadianos por medio de determinadas hormonas como el cortisol y la melatonina, entre otras. En condiciones normales, la astenia primaveral desaparece por sí sola en unas semanas una vez que el organismo se ha adaptado a estas nuevas condiciones.
Cómo identificar la astenia primaveral: síntomas y signos
La astenia primaveral da lugar a síntomas que no suelen ser graves y que tienen una corta duración. En el caso de no desaparecer en pocas semanas, es recomendable consultar con el médico para que pueda establecer un diagnóstico preciso.
Los signos y síntomas más frecuentes incluyen:
- Cansancio, fatiga y debilidad general.
- Hipotensión y mareos.
- Dolor muscular y articular.
- Cefaleas.
- Dificultad de concentración.
- Irritabilidad y cambios del estado de ánimo.
- Pérdida del apetito.
- Disminución del deseo sexual.
- Trastornos del sueño.
Cómo combatir la astenia primaveral
La astenia primaveral no es un estado patológico propiamente dicho y no existe un tratamiento específico para abordarla. De este modo, cuando la astenia no tiene una causa orgánica conocida, se hace necesario aliviar o disminuir sus síntomas, promoviendo la adaptación del organismo. Algunas de las medidas que se pueden establecer para prevenir y minimizar los efectos de la astenia primaveral incluyen:
- Procurar adaptarse a los cambios derivados de la nueva estación de manera progresiva.
- Mantener los horarios estables para las comidas y el descanso nocturno, además de las horas suficientes de sueño.
- El ejercicio físico moderado puede contribuir a acelerar el proceso de adaptación y reducir los niveles de estrés.
- La alimentación debe ser equilibrada, aportando todos los grupos de alimentos y todos los nutrientes, especialmente vitaminas y minerales.
- Una correcta hidratación −principalmente con agua−también es esencial, especialmente cuando se produce la elevación de las temperaturas.
Por otro lado, cuando la astenia y la sensación de cansancio se prolongan durante meses y no se puede identificar ningún problema físico ni psicológico que pueda ser el causante, es posible que se trate de un caso de fatiga crónica. En cualquier caso, la astenia primaveral es una entidad pasajera que la mayoría de las veces se puede minimizar con unos hábitos de vida saludables. Si algunos de sus síntomas persisten, es recomendable consultar con el médico.
Alicia, que pertenece al Plan de Fidelización de MAPFRE, queda muy satisfecha con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor de Médico y pedirá cita con un especialista.
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