Beber agua es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestros órganos y tejidos, por lo que estar bien hidratado es imprescindible, más en verano, cuando aumenta el riesgo de deshidratación. Te contamos todas las recomendaciones.
El Asesor en Bienestar resuelve tus dudas aqui.
Publicado julio 2022
Julia, Socia del Club MAPFRE, tiene a sus padres mayores que, sin embargo, siempre están realizando actividades al aire libre. Ella sabe de la importancia de una buena hidratación, especialmente en la época más calurosa del año y por eso busca más información sobre el tema y decide consultar con el Asesor en Bienestar para que le solvente sus dudas, especialmente centradas en las personas de más edad.
El Asesor le explica que la hidratación es importante durante todas las épocas del año, pero en especial durante el verano, puesto que aumentan las temperaturas y con ellas los casos de deshidratación (el déficit de agua corporal causado por un desequilibrio entre la ingesta y la pérdida de líquido). Al realizar actividad física al aire libre es preciso tener a mano una botella de agua para hidratarse tanto al inicio como al finalizar. Si la actividad se prolonga, o hay necesidad, también es recomendable beber agua durante el esfuerzo. Además, el asesor le explica otras informaciones de interés sobre la hidratación de las personas mayores y sus peculiaridades.
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- Personas mayores
- Buena hidratación
Por qué es importante la hidratación
El agua tiene un papel relevante en el transporte los nutrientes hacia las células del organismo, es clave en la termorregulación corporal, en el proceso de digestión y en la eliminación de sustancias a través de la orina. Además, repone e hidrata los tejidos de la piel y ayuda al mantenimiento del rendimiento físico y cognitivo. En población adulta, la ingesta adecuada de agua es alrededor de 2,5 litros diarios para los hombres y 2 litros para las mujeres. No obstante, las necesidades de agua pueden variar de un individuo a otro ya que dependen de muchos factores tales como la actividad física, el clima, la temperatura ambiental, la edad, etc. Además, algunas situaciones como la fiebre y la aparición de vómitos o diarrea producen un aumento de las necesidades hídricas.
Necesidades especiales de hidratación en las personas mayores
Durante el envejecimiento se producen cambios fisiológicos que favorecen el riesgo de padecer deshidratación. Además, durante esta etapa la deshidratación acarrea peores consecuencias. A nivel de composición corporal aumenta la masa grasa y disminuye la masa muscular, la masa ósea y el agua corporal total. También disminuye la sensación de sed (hipodipsia) y la capacidad renal, lo cual suele comportar un descenso en la ingesta de líquidos.
Padecer enfermedades como demencia o hipertensión arterial, así como el uso de algunos tipos de fármacos (diuréticos, laxantes, etc.), también pueden alterar la sensación de sed, las pérdidas hídricas y/o el consumo de líquidos en personas mayores. Por todo ello, educar a adultos mayores y a sus cuidadores a reconocer los primeros signos y síntomas de la deshidratación será clave para poder actuar a tiempo y evitar complicaciones. Los más comunes son: sequedad bucal, orina de color oscuro, piel seca, fatiga, estreñimiento y mareo, entre otros.
Conseguir un buen estado de hidratación, especialmente en verano
- Para lograr cubrir las necesidades de agua es recomendable:
- No esperar a tener sed para beber agua.
- Ingerir pequeñas cantidades de líquido a lo largo del día, priorizando beber por la mañana para evitar la incontinencia nocturna.
- Concentrar la mayor parte del consumo de agua entre comidas. Es preferible evitar beber en exceso durante las comidas principales ya que aumenta el llenado gástrico y la saciedad.
- Evitar la sobreexposición solar, especialmente durante las horas más calurosas. En caso de hacerlo, llevar una correcta vestimenta que transpire y tener agua al alcance.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas, así como de preparaciones líquidas (por ejemplo: gazpachos, sopas frías de melón y pepino, zumos naturales, etc.).
- Evitar la ingesta de alcohol debido a su efecto deshidratante.
- El agua es la bebida idónea para lograr una correcta hidratación y debería representar la mayor parte de la ingesta diaria. De todos modos, se puede alternar con la ingesta de otros líquidos (tés, infusiones, zumos naturales, leche, etc.).
Julia, que pertenece al Plan de Fidelización gratuito de MAPFRE, queda muy satisfecha con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un asesor del Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.
Sílvia Cardona
Dietista-Nutricionista
Colegiada número CAT 001211 (Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cataluña).
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