Estómago saludable
Asesor en Bienestar

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota o flora intestinal es considerada un órgano más del cuerpo humano, ya que influye en una amplia diversidad de ámbitos y procesos de índole nutricional, metabólico e inmunológico. Te contamos todo lo que necesitas saber para mantenerla en las mejores condiciones.

Un médico revisa el abdomen de un paciente

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Publicado diciembre 2021

Sergio es Socio del Club MAPFRE, tiene 63 años y hace tiempo que ha oído hablar de la importancia para la salud de las bacterias que habitan en nuestro organismo, especialmente en el aparato digestivo y en todo lo que tiene que ver con la flora intestinal en general. Por ello, y como siempre que tiene alguna duda sobre temas de salud, decide consultar con el Asesor en Bienestar del Club MAPFRE para que le ofrezca información sobre la microbiota y sus implicaciones para la salud. El asesor que le atiende le explica que la microbiota intestinal es considerada por algunos expertos como un órgano más de nuestro organismo en sí mismo, con implicaciones directas de tipo nutricional, metabólico e inmunológico y efectos directos sobre la salud. Además, el asesor le ofrece otro tipo de información de interés sobre estos aspectos.

  • ¿Qué es?
  • ¿En qué aspectos puede influir?
  • Cómo se puede optimizar

Qué es exactamente la microbiota intestinal

La microbiota intestinal o como a veces también se denomina, ‘flora intestinal’ es el conjunto de microorganismos −en conjunto pueden llegar a pesar más de 1 kg− presentes en el aparato digestivo. Participa en el proceso digestivo, produciendo ciertas cantidades de algunas vitaminas, elimina toxinas e interacciona con el sistema inmunitario a diferentes niveles. La microbiota es muy dinámica y su composición puede variar en función de diversos factores, siendo distinta en cada individuo. En este sentido, uno de los factores que puede tener un impacto negativo sobre la salud es la pérdida de diversidad en las diferentes especies de microorganismos que la forman. El principal sustento de la microbiota intestinal es la fibra y los hidratos de carbono sin digerir que llegan al colon. Su composición depende en gran medida del tipo de dieta de cada persona.

En qué aspectos de la salud puede influir la microbiota

Los mecanismos que vinculan la microbiota con la salud son complejos. Se ha podido relacionar la composición de los microorganismos del intestino con la aparición y progresión de cierta diversidad de patologías de índole cardiovascular y metabólico, y también psicológico, entre otras. Por otro lado, también se señala la utilidad del análisis de composición de la microbiota intestinal como método de detección de patologías, como han señalado diversas investigaciones, por ejemplo, en el caso de la obesidad infantil.

Flora intestinal y obesidad

En primer lugar, es evidente la relación entre los hábitos dietéticos a largo plazo y la composición de la microbiota intestinal.

La obesidad es una enfermedad compleja en la que confluyen multitud de factores distintos. Si bien la obesidad se sustenta en el exceso de la ingesta calórica frente al gasto, algunas investigaciones han mostrado una relación entre la composición microbiana intestinal y la aparición y progresión de la obesidad.

La microbiota también parece jugar un papel en el balance energético del individuo y en el desarrollo de los trastornos metabólicos asociados a la obesidad, como la diabetes. En cualquier caso, los mecanismos que subyacen deben ser aclarados, empezando por si la composición de la microbiota es un agente causal o un efecto de la obesidad. En este sentido, se ha podido observar que el intestino de los individuos con obesidad contiene una microbiota más asociada a la inflamación, con una baja capacidad de producción de ácidos grasos beneficiosos de cadena corta y una menor diversidad bacteriana.

Microbiota y salud cardiovascular

En primer lugar, la posible relación entre la microbiota y la obesidad ya supondría un riesgo para la salud cardiovascular. Por otro lado, diversos estudios han indagado sobre la interacción de los microorganismos del intestino con los alimentos que afectarían al sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca, así como inflamación y estrechamiento arterial.

Microbiota e hígado

El desequilibrio en las bacterias presentes en el intestino o disbiosis puede causar inflamación hepática. El hígado está continuamente expuesto a componentes y sustancias de origen bacteriano procedentes del intestino a través de la vena porta. La composición de la flora intestinal y la enfermedad hepática están estrechamente relacionados en el caso del hígado graso no alcohólico, enfermedad hepática alcohólica y las enfermedades hepáticas autoinmunes.

Microbiota y enfermedades del intestino

Las alteraciones en la microbiota intestinal se relacionan con las enfermedades inflamatorias intestinales y parecen estar en el epicentro del síndrome del colon irritable. Se han podido corroborar cambios en la microbiota intestinal en pacientes con síndrome de colon irritable, cambios que también se relacionan con la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Las especies del género Bacteroides parecen verse incrementadas en estos casos.

Microbiota intestinal y cáncer colorrectal

Se han detectado niveles elevados de algunas bacterias patógenas en casos de adenoma y cáncer de colon. Las dietas con altos contenidos de grasa y proteínas parecen aumentar el riesgo de cáncer a través de procesos metabólicos que interactúan con el conjunto de los microorganismos presentes.

Microbiota y salud mental

El sistema inmune, la flora intestinal y el sistema nervioso central están relacionados de tal modo que podrían determinar la aparición de trastornos del comportamiento y patologías mentales. En este sentido, podría existir una influencia entre la composición de la flora intestinal y la neurotransmisión, el funcionamiento cerebral y el comportamiento. Algunas patologías relacionadas con el estrés y la depresión podrían verse influidas por ello.

Cómo se puede optimizar la microbiota

Las características de la dieta pueden ser un factor fundamental que influya en la composición de la flora intestinal. La fermentación de la fibra alimentaria y los hidratos de carbono es la principal vía de obtención de energía de los microorganismos presentes a nivel del intestino. Principalmente, se trata de carbohidratos no digeribles y fibra dietética. A partir de ellos, las bacterias forman ácidos grasos de cadena corta que son absorbidos a nivel del colon y que se relacionan con diversos beneficios para la salud. Estos se vinculan, especialmente, con el sistema inmunitario y con el control de la inflamación. Los ácidos grasos producidos por las bacterias intestinales pueden llegar a proporcionar hasta el 10 % del total de necesidades calóricas de un individuo sano.

Los patrones dietéticos en el que predominen los alimentos ricos en proteínas, determinan la proliferación de algunas especies bacterianas que fermentan parte de los aminoácidos, liberando sustancias potencialmente perjudiciales. Estas sustancias se relacionan con la aparición de enfermedades como el cáncer de colon y el síndrome del colon irritable. Por el contrario, la fibra dietética y una dieta basada en alimentos de origen vegetal fomentarían una mayor diversidad bacteriana con un perfil saludable. Por otro lado, los tratamientos con antibióticos también pueden afectar la composición de la flora intestinal, cuyos efectos varían en función del medicamento y el individuo.

Probióticos, prebióticos y polifenoles

Los probióticos (microorganismos vivos que se pueden consumir en leches fermentadas, entre otros alimentos) han mostrado efectos positivos frente a algunas patologías en animales, pero han mostrado efectos no definitivos en humanos. Un ejemplo de ello es la utilización de probióticos para tratar la colitis ulcerosa. De igual modo, los prebióticos son un tipo de fibra que, al igual que los probióticos, han mostrado efectos positivos en animales pero dispares en humanos. Alguno de los efectos positivos que se sugieren se relacionan con el aumento de bacterias beneficiosas como las bifidobacterias o bacterias productoras de ácido butírico.

Los polifenoles son antioxidantes vegetales relacionados con la pigmentación de las plantas. La microbiota intestinal jugaría un papel importante en transformar los polifenoles de los alimentos en sustancias activas absorbibles. Además, los polifenoles podrían modular la microbiota hacia un perfil más saludable.

Regenerar la microbiota

Una dieta variada basada en alimentos vegetales determina una mayor diversidad de bacterias intestinales. De este modo, una dieta rica en fibra alimentaria y alimentos de origen vegetal parecen ingredientes necesarios para disponer de una microbiota más saludable y variada.

Los polifenoles, como los presentes en el vino (mejor sin alcohol) y el cacao, pueden ser un factor dietético beneficiosos para la microflora y para nuestra salud. Las evidencias son débiles y no concluyentes sobre los probióticos y prebióticos (como los fructooligosacáridos), aunque podrían ser elementos positivos para algunos aspectos relacionados con la salud intestinal.

Sergio, miembro del Plan de Fidelización de MAPFRE, queda muy satisfecho con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor de Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.

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