Un ejecutivo con síntomas de agotamiento en la oficina
Asesor en Bienestar

Síntomas del estrés laboral

El estrés relacionado con el trabajo afecta a uno de cada tres trabajadores en la Unión Europea y en España. El agotamiento emocional es cada vez más común y puede afectar seriamente a la salud de los trabajadores. Te contamos todo lo que necesitas saber.

Un hombre agostado frente al portátil

El Asesor en Bienestar resuelve tus dudas aqui.

Publicado enero 2022

Manuela es Socia del Club MAPFRE, y desde hace tiempo se nota nerviosa y alterada todo el día y tiene problemas para conciliar el sueño y algunos episodios de ansiedad. Cree que puede ser debido a los problemas que ha tenido en el trabajo últimamente y por eso decide consultar con el Asesor en Bienestar del Club MAPFRE Especialista en Psicología para que le ofrezca información experta sobre las causas de estos síntomas y las posibles soluciones para mejorar la situación. El asesor que le atiende le explica los diferentes aspectos relacionados con el estrés laboral y de qué manera éste puede afectarle y alterar su estado de salud y su bienestar físico y psicológico. Además, le ofrece algunas posibles soluciones que pueden ayudarle a mejorar.

  • Problemas ámbito laboral
  • Reacciones y síntomas
  • Problemas derivados del teletrabajo

Problemas habituales en el ámbito laboral

El estrés ha sido identificado como uno de los riesgos emergentes más importantes en el ámbito laboral. Entre otros factores, la creciente precariedad del empleo y las condiciones demasiado exigentes y el exceso de trabajo son factores que propician la aparición de los casos de estrés en el ámbito laboral. Además, éste puede verse agravado por situaciones de acoso laboral, el síndrome del quemado, o burnout, y de precariedad laboral.

Mobbing o acoso laboral

El acoso laboral es un problema grave, que no solo afecta a las víctimas directas. Sus consecuencias negativas se extienden a los compañeros, la familia y el entorno más próximo. También afecta al conjunto de la sociedad, ya que genera unos altos costes asistenciales. Las consecuencias psicológicas del mobbing están asociadas a la aparición de un trastorno de estrés postraumático. Sus principales características son la somatización, los problemas emocionales, la depresión y la ansiedad.

Asimismo, el acoso laboral provoca pérdida de autoestima y sentimientos de culpa y si se prolonga en el tiempo, puede desencadenar un cuadro depresivo crónico. De igual modo, las victimas de mobbing pueden desarrollar un trastorno de ansiedad generalizado que se caracteriza por el miedo y las conductas de evitación. Además, el acoso continuado puede provocar problemas a nivel físico (trastornos gastrointestinales, trastornos del sueño, desajustes del sistema nervioso autónomo, etc.). En el ámbito familiar el acoso laboral puede provocar problemas en las relaciones de pareja y repercutir negativamente en el desarrollo psicológico de los hijos.

En la misma línea, las personas que han sufrido mobbing pueden desarrollar conductas inadaptadas desde el punto de vista social, que pueden ir desde el aislamiento a la agresividad. Una vez perdido el puesto de trabajo por causa del acoso laboral, muchas víctimas de mobbing encuentran serias dificultades para volver a integrarse laboralmente con normalidad.

Burnout

El trabajador “quemado” acaba viendo afectada su salud. La exposición a unas determinadas condiciones de trabajo no controlables conduce a un deterioro general: cognitivo, emocional, conductual y físico. Los síntomas de burnout, basados en la situación de estrés que promueve, pueden diferenciarse en físicos, emocionales y conductuales. Entre los físicos destacan los problemas de sueño, las cefaleas y los trastornos gastrointestinales. En cuanto a los síntomas emocionales, el burnout puede causar disforia, incapacidad para concentrarse, síntomas depresivos y agotamiento emocional, entre otros. Finalmente, los síntomas conductuales del burnout incluyen el absentismo laboral, el abuso de drogas y el aumento de conductas hiperactivas y agresivas, unos síntomas que disminuyen la calidad de vida personal y aumentan los problemas familiares y sociales del trabajador.

Precariedad laboral

La precariedad laboral se relaciona con la aparición de problemas psicológicos y de salud mental. Algunos de ellos son los episodios de ansiedad, el miedo recurrente y la depresión.

Por otro lado, los empleos precarios o los casos de desempleo no determinan solamente la escasez de recursos económicos. También provocan que las personas afectadas vean mermada su autoestima y experimenten sentimientos intensos de inseguridad.

A nivel individual, la psicoterapia cognitivo-conductual ofrece las estrategias adecuadas al trabajador para eliminar o mitigar las fuentes de estrés y o neutralizar las consecuencias negativas de esa experiencia.

Algunas de las siguientes técnicas han mostrado ser eficaces:

  • Regulación de la respuesta emocional mediante estrategias cognitivo-conductuales.
  • Herramientas de afrontamiento.
  • De solución de problemas.
  • Entrenamiento en asertividad y habilidades sociales.
  • Programas de entrenamiento en gestión eficaz del tiempo.
  • Técnicas en relajación.
  • Aumento del apoyo social dentro y fuera del trabajo.
  • Tratamiento especializado en caso de mobbing tanto para la víctima como para el acosador.

Reacciones y síntomas del estrés laboral

Las reacciones y cambios fisiológicos y bioquímicos que se producen en el organismo motivadas por el estrés están enfocadas a mantener el estado de alerta ante una supuesta amenaza:

  • Secreción de adrenalina y cortisol, lo que acelera el ritmo cardiaco y espesa la sangre para facilitar la cicatrización de eventuales heridas.
  • La respiración se vuelve rápida y profunda para incrementar la provisión de oxígeno.
  • Aumenta la tensión arterial.
  • Se potencia el riego sanguíneo en los músculos para aumentar su fuerza y agilidad.
  • Se segregan endorfinas con efecto calmante que reducen la percepción del dolor.
  • Se moviliza glucosa y grasa.
  • Las pupilas se contraen para agudizar la vista.

Todas estas reacciones mantenidas excesivamente en el tiempo, por ejemplo, por causa de un problema laboral, pueden perturbar a quien las experimenta y perder su efecto beneficioso originario. En esta situación pueden aparecer palpitaciones, sensación de presión en el tórax, pérdida de apetito, flatulencia, calambres, diarrea, impotencia, desarreglos del ciclo menstrual, tensión muscular, dolor de cabeza y erupciones cutáneas.

El equilibrio emocional también se ve afectado, lo que puede derivar en cambios de humor repentinos, incapacidad de expresar las propias emociones y de mostrar empatía por los demás, fatiga, problemas de concentración, irritabilidad, insomnio, entre otros síntomas.

Igualmente, la exposición a estados de estrés durante periodos prolongados provoca un deterioro de la salud. Se debilita el sistema inmunitario predisponiendo a las infecciones y favoreciendo la aparición de enfermedades

Problemas derivados del teletrabajo

El teletrabajo surgió como forma de flexibilización de la jornada laboral y como complemento al trabajo presencial y puede incidir positivamente en el bienestar laboral a través de, básicamente, la autonomía y la conciliación.

Sin embargo, el teletrabajo que se tuvo que imponer debido a la crisis por la pandemia de la COVID-19 tuvo el efecto contrario, reduciendo la autonomía y repercutiendo negativamente por la incertidumbre de la situación. Además, el teletrabajo también puede determinar una autopercepción de aislamiento y soledad. Como principal consecuencia, puede percibirse un estado de ánimo bajo, con un mayor riesgo de episodios de estrés y ansiedad.

A nivel individual, el apoyo psicológico puede ofrecer estrategias adecuadas al trabajador que le permita eliminar o mitigar las fuentes de estrés y neutralizar las consecuencias negativas de esas experiencias.

Algunas recomendaciones que pueden ser eficaces para un mejor teletrabajo incluyen:

  • Disponer de un espacio adecuado y bien acondicionado.
  • Establecer un horario estable, dentro de la flexibilidad.
  • Establecer períodos de descanso.
  • Mantener un contacto constante con compañeros y supervisores.
  • Utilizar técnicas de relajación.
  • Usar técnicas encaminadas a regular la respuesta emocional, de afrontamiento y de solución de problemas.

Manuela, que pertenece al Plan de Fidelización de MAPFRE, queda muy satisfecha con la información facilitada y tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor del Club MAPFRE y pedirá cita con un especialista.

El Asesor en Bienestar resuelve tus dudas aqui.

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