La fiebre del Nilo Occidental, enfermedad infecciosa, ha incrementado su número de casos en Europa, sobre todo en 2020. Se transmite principalmente por mosquitos en verano y puede tener consecuencias graves en algunos casos. Probablemente se expanda a más áreas afectadas en el futuro.

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Publicado julio 2023
Enrique, Socio del Club MAPFRE, es padre de familia y ha observado la proliferación de mosquitos en la zona donde vive, especialmente en la época estival. Le preocupa porque ha oído hablar de que la fiebre del Nilo Occidental y otras enfermedades se transmiten mediante picaduras de mosquito. Enrique es del Plan de Fidelización de MAPFRE desde hace unos meses y decide aprovechar esta ventaja consultando con nuestro Asesor Médico para que le amplie la información sobre la fiebre del Nilo Occidental, las condiciones en las que se transmite esta enfermedad y cómo prevenirla.
El Asesor Médico le explica que la fiebre del Nilo Occidental es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que, en algunos casos graves, puede llevar a complicaciones neurológicas. La presencia del virus del Nilo Occidental está documentada en España desde finales del siglo XX. El virus está presente en ciertas regiones de nuestro país donde existen humedales en los que se encuentran aves, el principal reservorio animal del virus. Estos son posteriormente transmitidos por la picadura de mosquitos y otros insectos. Además, el asesor le cuenta a Enrique cuáles son los síntomas más comunes del virus del Nilo Occidental y cuál es su tratamiento.
- ¿Qué es?
- Tratamiento
- Situación
Qué es la fiebre del Nilo Occidental
La fiebre del Nilo Occidental es una infección que es capaz de pasar de animales a humanos (zoonosis) causada por el virus del Nilo Occidental. Este pertenece a la familia Flaviviridae y al género Flavivirus. Su principal vía de transmisión es la picadura de mosquitos.
Su nombre hace referencia a la región del Nilo Occidental en Uganda donde se aisló el virus por primera vez en 1937.
El principal reservorio animal del virus son aves silvestres o domésticas. Estas pueden ser portadoras del virus sin presentar ningún síntoma, participando en su mantenimiento y diseminación a largas distancias a través de las rutas migratorias.
Algunos mamíferos como los humanos y también los caballos pueden ser huéspedes accidentales de la infección, si bien no transmiten la enfermedad, aunque pueden padecerla.
Cómo se transmite el virus del Nilo Occidental
El virus del Nilo Occidental se transmite a través de la picadura del mosquito del género Culex, siendo esta la principal vía de infección de los seres humanos. La transmisión del virus también puede producirse a través de garrapatas, moscas y piojos portadores del virus. Otra vía de infección de la fiebre del Nilo es por medio de transfusiones de sangre, por trasplante de órganos de personas infectadas y de madre a hijo por vía transplacentaria.
Síntomas fiebre del Nilo Occidental
La enfermedad aparece después de un período de incubación de 2 a 14 días. La gran mayoría de las infecciones en humanos son asintomáticas (en torno al 80 %). En cuanto a los casos sintomáticos, la mayoría son leves con cuadros similares a la gripe, pudiendo causar fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares y fatiga.
Alrededor del 1 % de los casos de la fiebre del Nilo Occidental son graves, provocando afectación neurológica. Estos cursan con encefalitis, meningitis o parálisis flácida. Solo una décima parte de los afectados gravemente por el virus pueden llegar a fallecer. Los cuadros más complicados suelen afectar a personas mayores o personas con el sistema inmunitario debilitado.
Cuando una persona se infecta del virus del Nilo Occidental queda inmunizada para el futuro.
Tratamiento Fiebre del Nilo y prevención
No existe un tratamiento específico para la fiebre del Nilo Occidental, por lo que el tratamiento de la fiebre del Nilo Occidental es de tipo sintomático, es decir, se centra en aplacar los síntomas, ya que no existen vacunas ni antivirales específicos para la enfermedad.
Una vez realizado el diagnóstico, las personas con afectación leve pueden tratar los síntomas y tienen un buen pronóstico. Por el contrario, los pacientes con síntomas neurológicos suelen requerir atención por un periodo largo en la UCI. Tras la infección, las lesiones neurológicas en los casos graves pueden incluir afectaciones cognitivas y motoras. Muchos pacientes pueden presentar secuelas de tipo neurológico.
Cómo prevenir la fiebre del Nilo Occidental
La prevención de la infección por el virus del Nilo está enfocada principalmente en:
- Medidas de control de los vectores de transmisión.
- Protección personal frente a las picaduras: Esto incluye usar repelente de insectos, usar ropa protectora de manga y pantalones largos, y evitar salir al aire libre durante las horas pico de actividad de los mosquitos, generalmente al amanecer y al atardecer.
- Identificación y manejo de los casos con afectación neurológica.
Como dato significativo, la vigilancia de los focos de infección en caballos ha sido un elemento clave para delimitar el territorio epidémico de la fiebre del Nilo en España.
Situación de la fiebre del Nilo Occidental en España
El virus del Nilo ha aparecido en los últimos años como brote epidémico con una elevada proporción de casos graves en regiones templadas de Europa y América del Norte, convirtiéndose en una amenaza emergente de salud pública.
En España actualmente existe una situación endémica de la enfermedad, principalmente por las condiciones favorables y la gran variedad de posibles reservorios, así como por la proximidad a otras zonas endémicas del Mediterráneo y las características ecológicas y climáticas. Otros factores que también predisponen a España para la propagación de este virus son las rutas migratorias de aves que transitan áreas afectadas y la presencia de vectores por la geografía española.
El mayor aumento de casos de fiebre del Nilo en España se produjo en 2020, con 77 casos humanos y 8 fallecimientos. En 2022 los casos en humanos se elevaron a 5.
Los casos de fiebre del Nilo Occidental suelen atender claramente a factores estacionales. En 2021 y 2022 tuvieron lugar 10 casos graves en España durante los meses de agosto, septiembre y octubre, afectando principalmente a personas mayores. Todos los casos presentaron clínica neurológica y fueron hospitalizados. Solo se produjo el fallecimiento de una mujer de 73 años, con enfermedad grave previa.
Hasta finales de 2022 en Europa se habían notificado cerca de 1.200 casos en humanos con 85 fallecimientos.
El riesgo de contraer este virus, en función de la probabilidad de transmisión y el impacto de la enfermedad, se puede calificar como moderado en las zonas donde se han detectado previamente focos en caballos, aves o mosquitos infectados, y ya se han producido casos en humanos.
En cualquier caso, las autoridades sanitarias monitorizan y hacen seguimiento de la evolución de esta y otras enfermedades infecciosas.
Enrique queda muy complacido con la información facilitada, tiene claro que siempre que tenga alguna duda consultará con un Asesor Médico del Club MAPFRE.
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